¿Lo entiendes?

Proverbio 20:11

Aun el muchacho es conocido por sus hechos, Si su conducta fuere limpia y recta.

Raúl y su mejor amigo Kevin, estaban aburridos. Después de jugar a los videojuegos durante casi dos horas querían hacer algo nuevo. Llovía mucho afuera, así que estaban enserados en la casa.

– Supongo que me iré a casa, dijo Kevin al fin.
– ¡No! ¡Espera! Rogo Raúl. Ya pensaré en algo.

Lugo de unos minutos se les ocurrió una idea.

– Podemos sacar fotos y mandarlas por correo electrónico – dijo – ¡Mi papá acaba de comprar una cámara digital!
– ¿Y te dejara usarla?
– Seguro que no le molestará – dijo Raúl corriendo escaleras arriba para ir a buscarla.

Al rato, se estaban divirtiendo sacando fotos. Pero entonces a Raúl se le cayó la cámara, que golpeo contra el piso de cemento y se rajo. Y lo peor de todo es que no lograban hacerla funcionar.

– ¡Ya me voy! – Dijo Kevin, y salió corriendo.

Raúl pensó en esconder la cámara, pero sabía que su papá la encontraría.

– ¡Hola Raúl! – Oyó en ese momento. ¡Era su papá!
– ¡Estoy aquí abajo! – Respondió Raúl con voz queda.

Cuando su papá bajó, Raúl junto coraje y le explico lo que había pasado.

– Raúl me siento decepcionado porque tomaste prestada mi cámara sin permiso, pero me enorgullece que me hayas dicho la verdad. Mamá y yo decidiremos que castigo te corresponde. La próxima vez, recuerda pedir permiso antes. Ves lo que pasa cuando uno rompe las reglas.
– Si, dijo Raúl ¡Uno rompe la cámara! No te preocupes, papá. Desde hoy, serás tú el único fotógrafo de la familia.

Recuerda:

“la mejor forma de tratar un error es admitirlo enseguida. Pídele a Dios que te ayude a decir la verdad y a pedir perdon.”

Autor: Carolina de Valle

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