Una razón para todo

Juan 14:13

“Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo”.

Tony y Carlita salieron con su mamá hacia su restaurante favorito. Su papá no estaba en la ciudad y el auto de mamá estaba en reparación. La mamá solía llevarlos a comer fuera cuando el papá estaba de viaje.

– ¡Podemos ir caminando! – dijo Tony – son solo doce cuadras hasta el restaurante.
– Bien niño. Vamos ya.
– ¡Hurra! – gritaron Tony y Carlita.

Les llevo más tiempo del que esperaban, pero se mantuvieron juntos y caminaron hasta allí.

– Ya veo el cartel. Solo dos cuadras más y llegamos, Carlita, tu puedes hacerlo.

¡Y llegaron! El restaurante estaba lleno de gente y el pedido se tardo más de lo habitual, pero todo ¡Estaba riquísimo!. Después de la cena caminaron a casa. Era tarde y Carlita estaba cansada. Al fin se sentó en la acera y comenzó a llorar.

– Oremos niños, para que alguien nos lleve a casa – dijo la mamá.

Eso hicieron. A los pocos minutos paso una vecina y los vio en la calle.

– Oigan, ¿quieren que los lleve?
– Si, gracias – dijo la mamá.
– Suban.
– Señora Juárez, Carlita estaba tan cansada que ya no podía caminar más, así que oramos que alguien nos llevara. En seguida llego usted – dijo Tony
– ¡Qué bueno! – dijo la señora Juárez.
– Esperen que lo cuente en la iglesia infantil – contesto Tony – Señora Juárez ¿Quiere venir a la iglesia con nosotros?
La señora Juárez y su esposo nunca iban a la iglesia, pero ahora la mujer pensó que sería buena idea.
– Seguro, Tony. A mi esposo y a mí nos encantaría ir con ustedes – dijo.

Recuerda:

Dios está pendiente de ti y al responder tus oraciones no te bendice solo a ti, si que también usa esa respuesta para bendecir a otros

Autor: Carolina de Valle

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