Jesús te justifica – Carolina de Valle – Devocional Infantil

Jesús te justifica

 

Eclesiastés 7:20

“Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque”.

 

Carlos estaba parado al lado de una pared, manteniéndose lo más recto posible. Su papá marcó con una tiza justamente encima de su cabeza. Cuando Carlos se retiro hacia un lado, el papá comenzó a medir la distancia entre el suelo y lamarca.

– Déjame hacer eso – suplicó Bebo, el hermano pequeño de Carlos.

Bebo estaba aprendiendo en la escuela acerca de las medidas, y toda la semana se la paso midiendo cosas por todos lados.

Unos minutos más tarde Bebo silbó.

– ¡Vaya! – se maravillo – Mide diez pies de alto.
– ¿Qué? – pregunto Carlos – Eso no puede estar correcto. Además ¿Qué tipo de vara de medir estas usando?
– Es una que yo hice – respondió Bebo, mirando la vara que sujetaba – Yo pensé que se veía bien.
– Correcto – asintió el papá – Una vara de medir incorrecta dará medidas incorrectas. No puedes usar tus propias ideas en cuanto a lo que mide un pie.

Estaba pensativa mientras media la estatura de Carlos de nuevo.

– Mucha gente usa sus propias varas de medir hechas por ellos mismos – añadió.
– ¿Lo hacen? – pregunto Carlos – Yo no conozco a nadie que haya hecho una vara de medir… solamente a Bebo.
– No estaba pensando en una vara de medir de verdad – explico el papá – solo estaba pensando como tantas personas esperan llegar al cielo, porque ellos mismos se consideran buenas personas, pero, ¿Sabes tú cómo ellos miden su propia bondad? Atreves d sus propias reglas. La regla de Dios es la Biblia. Ella dice: “por cuanto todos han pecado no alcanzan la gloria de Dios” Todos nosotros no hemos alcanzado el nivel de la gloria de Dios. Por eso necesitamos que Jesús nos salve. es atreves de aceptarlo a Él como salvador que podemos llegar a los requisitos para llegar al cielo.

Recuerda:

Dios mide de acuerdo a su Gloria, y todos nos quedamos cortos de su norma. Pero cuando recibes a Jesús como salvador, Dios te declara tan justo o bueno, como Jesús.

Autor: Carolina de Valle

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