En la oscuridad

Salmo 119:105

“Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.”

El culto de la noche había terminado y Miguelito se dispuso a ayudar a su mamá a organizar el salón de la iglesia infantil. Afuera estaba lloviendo, así que antes de terminar la mamá salió a traer el auto mientras Miguelito terminaba de guardar los últimos juguetes, justo antes de salir, un rayo sacudió el edificio y se corto la electricidad.

– ¡Grandioso! – exclamo Miguel antes que sus ojos empezaran a ver algo en medio de la oscuridad.

Pero no fue así, empezó a caminar y toco la mesa que usaban los niños para las manualidades, entonces giro hacia la derecha.

– ¡Ay! – Exclamo cuando se golpeo la cabeza con el armario que se sacudía mientras los libros caían al piso.

Luego anduvo a tientas buscando una pared para poder ubicarse.

– Necesito luz – grito.

Solo hasta ese momento se vislumbró un poco de luz a lo lejos

– Continua hijo – le dijo su mamá – Ya voy.

De regreso a casa Miguelito le hablo a su mamá acerca del versículo que había aprendido en clase aquella noche.

– Tú palabra es lámpara a mis pies, y lumbrera a mi camino – dijo – Creo que le diré a mi maestra que en realidad no me alumbro en absoluto cuando se fue la luz en ese oscuro edificio.
– Ese versículo no se refiere a la luz en sentido literal – dijo la mamá riendo – si no a la sabiduría que el Señor nos da cuando meditamos en su palabra, y a su poder para guiar nuestra vida. ¿Comprendes?
– Lo que dices se parece mucho a lo que dijo mi maestra – dijo Miguelito asintiendo con la cabeza.
– Creo que tropezar en ese salón en medio de la oscuridad fue una experiencia bastante desagradable – dijo la mamá – Pero tropezar en la vida y no tener luz sería inimaginable ¿No crees?

Recuerda:

A medida que conozcas a Dios por medio de la oración y del estudio de la Biblia, “Su Luz” te ayudara a tomar decisiones que le agraden.

Autor: Carolina de Valle

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