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Romanos 12:13

“Compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad”.

La iglesia de Lucas apadrinaba a varias familias de refugiados de un país pobre y Lucas y su familia decidieron compartir su hogar con una familia de tres personas. Mientras sus padres trabajaban en el día estudiaban ingles por las noches, Tomas iba con Lucas a la escuela. Pero aún teniendo cerca a Lucas, la escuela era muy difícil para él.

Durante el primer mes, Lucas se quedo junto a Tomas, ayudándolo con las tareas, presentándole a los demás niños y compartiendo sus juguetes y su cuarto. Donde iba Lucas, Tomas iba con él. Lucas sabía que podía pasar un año para que sus huéspedes consiguieran una casa, y comenzó a cansarse de aquel niño se había convertido en “su sombra”, después de unas semanas. “Tomas necesita más amigos y no solo a mi” pensaba Lucas.

Lucas también veía que él y Tomas tenían intereses distintos. Cuando Lucas jugaba al beisbol con sus amigos, Tomas insistía en sol mirar. Y cuando el entrenador de futbol dijo que había lugar para uno más en el equipo, Tomas dijo que necesitaba ese tiempo para estudiar. Lucas estaba seguro que si Tomas jugara, haría más amigos. Un día, cuando estaban en casa, Lucas oyó que Tomas trataba de tocar canciones en el piano y de cantarlas. Entonces tuvo una idea. Al día siguiente llevó a Tomas a ver al señor Leiva en la escuela, quien era el director del coro.

– Tiene una voz excelente – le dijo Lucas
– ¡Maravilloso! Bienvenido al coro Tomas – dijo el maestro.

Tomas no solo hizo nuevos amigos en el coro, sino que la música le ayudo a aprender el idioma de Lucas más rápido. Lucas dijo una oración de agradecimiento porque había podido ver cómo ayudar a Tomas a hacer amigos y sentirse a gusto

Recuerda:

Si hay niños nuevos en tu escuela, la Iglesia o el grupo familiar, esfuérzate por hacerlos sentir bienvenidos.

Autor: Carolina de Valle

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