No lo uses en vano

Mateo 12:37

“Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.”

Rosita estaba en la casa de Susana, y las jóvenes estaban trabajando en su lección de la escuela dominical, la cual incluía buscar algunas palabras bíblicas en el diccionario.

– Encontré evangelio – dijo Susana – Significa “buena historia o buenas nuevas”.

Rosita escribió el significado en una hoja de papel. Luego Susana señaló otra palabra en el diccionario.

– Oye mira esto. Aquí está la palabra “Jah” y no me gusta lo que estoy leyendo.

Rosita se acercó para leer del diccionario.

– Dice que “Jah” es una forma del nombre de Dios – dijo sorprendida – Yo no sabía eso.
– Yo tampoco – dijo Susana – yo he dicho esa palabra un montón de veces. Nunca pensé en lo que quería decir.

Las muchachas decidieron buscar las palabras Adonaí, Bendito y Principio y Fin. Se sorprendieron al encontrar al encontrar que estas palabras también eran otras formas de nombrar a Dios y Jesús.

– ¿Realmente importa si usamos estas palabras? – pregunto Susana – Todo el mundo la usa, y no queremos decir nada con ellas.
– No se – dijo Rosita despacio – Mi mamá siempre me dice, que no porque todo el mundo lo hace, esto significa que es correcto.
– Supongo que no – dijo Susana – ¿Pero tú y yo que podemos hacer al respecto? No podemos cambiar al mundo entero.
– No – dijo Rosita – pero nosotras si podemos cambiar. Ciertamente yo no quiero ser culpable de usar el Nombre de Dios de alguna forma incorrecta.

Susana asintió con la cabeza. Hizo una fotocopia de la información que había encontrado y la metió en su Biblia. Las muchachas decidieron que debían compartir esto con toda la clase.

Recuerda:

Evita usar el nombre de Dios en vano, mantén tu hablar puro.

Autor: Carolina de Valle

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