¡Pruébalo! ¡Quizás te guste!

Salmo 34:8

“Gustad, y ved que es bueno Jehová; Dichoso el hombre que confía en él”.

– Darío ¿Iras con migo a la Iglesia? – pregunto Julio.

Antes que Darío contestara Julio ya sabía lo que él iba a decir.

– No. No me gusta la Iglesia infantil.
– Pero, ¿Cómo sabes que no te gusta? – discutió Julio con su primo – Si nunca has ido.
– Simplemente lo sé, eso es todo – contesto Darío con brusquedad – Vamos a ver que hay para cenar.

Tomó la delantera hacia la cocina, donde miro donde miro por encima del hombro de su mamá.

– ¡Mmmm! – dijo Darío frotándose el estomago – ¡Camarones!

Julio arrugo la frente. Entonces se avergonzó al darse cuenta que la tía Betty se había dado cuenta.

– ¿No te gustan los camarones? – pregunto la tía Betty.

Julio negó con la cabeza.

– ¿Los has comido alguna vez? – pregunto la tía Betty.
– No – respondió Julio.
– Entonces ¿Cómo sabes que no te gustan? – salto Darío en conversación.
– Tan sólo lo sé, eso es todo – dijo Julio levantando los hombros.
– ¡Eso no puede ser! – discutió Darío – ¡El camarón frito es lo más rico que hay! Pero si tú no quieres yo me como tu parte.
– Antes que hagas eso, sinceramente creo que Julio debe probarlos – dijo la tía Betty sonriendo.
– Si pruébalos. Tal vez te guste – aprobó Darío.
– Probare el camarón si tu pruebas ir a la Iglesia infantil – dijo Julio sonriendo.

Darío arrugo la frente un rato. Luego se rio.

– Me tienes atrapado. Bueno, trato hecho. Tú pruebas los camarones y yo pruebo la Iglesia infantil.

Más tarde en la cena Julio probo su primer bocado de camarón.

– Mmmmm, no está mal – dijo – por favor pásenme los camarones.

El próximo domingo de regreso a casa de la Iglesia, Darío dijo:

– Mmmmm, no está mal. Creo que volveré el domingo que viene.

Recuerda:

Prueba la Iglesia o el grupo familiar. Escucha lo que Dios dice en su palabra. Quizás quieras saber más y más.

Autor: Carolina de Valle

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