Toma tiempo para orar

Deuteronomio 30:16

Porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella.

Felipe no sabía por qué, pero las cosas en su vida de repente habían empezado a andar mal. Sentía que estaba en desacuerdo con sus padres, que no se llevaba bien con sus amigos, y que e realidad empezaba a irle mal en la escuela. Todas las mañanas parecía despertar de mal humor. No tenía sentido.

Una tarde, mientras Felipe estaba en su cuarto lamentándose de su condición, su hermana mayor Elisa entro y se sentó junto a él.

– ¿Qué tal?- pregunto
– Bien- dijo
– ¿no tan bien estos días?- dijo Elisa
– Bueno… así es
– ¿hay algo que no recordaste hacer?- le pregunto
– Mi tarea escolar- dijo Felipe
– No me refiero a algo más importante
– ¿Cómo qué?- fue la pregunta en tono confundido.
– ¿Sigues leyendo tu biblia y hablando con Dios cada mañana?, Recuerda como después del campamento del verano pasado, lo hacías cada mañana.
– Ah, sí. Bueno supongo que deje de hacerlo- respondió Felipe.
– Quizás deberías retomar ese habito- sugirió Elisa. – He notado que todo va mejor en mi vida cuando tengo un momento de quietud cada día.

Felipe sabía bien dentro de sí que Elisa tenía razón. Tenía que volver al habito de orar y leer la biblia.

Es fácil ocuparse demasiado y olvidarse de Dios-le dijo Elisa-pero Él nunca se olvida de nosotros.

Es que he sentido demasiada pereza como para ocuparme de tener un momento de tranquilidad cada mañana-confeso Felipe-ahora que se lo mal que pueden ir las cosas sin Dios, no voy a volver a sentir pereza. Comenzare ahora mismo.

Recuerda:

“siempre hazte tiempo para orar a Dios”

Autor: Carolina de Valle

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