Un mandamiento de amor – Daniela Villanueva – Devocional Infantil

UN MANDAMIENTO DE AMOR

“Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos mandamientos depende toda la ley y los profetas”
Mateo 22: 37-40


Nuestro Señor Jesús nos ha resumido la ley de Dios en dos grandes e importantes mandamientos:

1. Amar a Dios con todo nuestro corazón, alma y mente.
2. Amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

Si nos fijamos muy bien la ley de Dios está basada en el AMOR. Si tu amas a Dios le obedeces y le honras, si amas a tus padres no les mientes ni engañas, si amas a tus amigos le eres fiel a ellos y aun así, si amas a tus enemigos, no les serás piedra de tropiezo. Y también debemos tener en cuenta que Dios nos pide que nos amemos a nosotros mismos, no olvidemos que nosotros somos templo del Espíritu Santo:

“¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” (1 Corintios 6:19)

Es fácil decir que debemos amar a aquellas personas que nos han ofendido o nos han hecho daño, pero Jesús nos invita a amarlos y perdonarlos de corazón:

“Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen” (Mateo 5:44)

Si quieres ser un niño o una niña discípulo de Dios debes seguir estos dos grandes mandamientos y entender que no debemos obedecer a Dios por temor o por obligación, sino por amor. No hay otro mayor ejemplo de amor que el que Dios tiene con sus hijitos, es decir el amor que te tiene a ti. El dio a su hijo único: a Jesucristo, y permitió que muriera para que todos sus hijos fuéramos salvos. Así que desde este momento en adelante, cada mañana después de tu oración, vas a proponerte a poner en práctica estos dos hermosos mandamientos, recuerda que los hijitos de Dios debemos reflejar el amor de nuestro Padre.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16)

Autora: Daniela Villanueva

Escrito para www.devocionalinfantil.com

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